Aquí estamos de nuevo, cocinillas.
Esta vez os traigo una receta de esas que saben a infancia. Solía hacerla mi abuela cuando éramos pequeñas y tengo su olor y su sabor grabados en la mente y en el paladar.
Es fantástica porque te gustará tanto si eres muy goloso como si eres de cosas poco dulces, no es nada empalagosa y además se hace súper fácil, mirad!
Ingredientes:
- 1 tazón de nueces peladas
- 1 copa de brandy
- 25-30 galletas Marbú dorada
- 2 cucharadas de mantequilla
- 1 sobre de levadura Royal
- 4 huevos
- 200 ml. de leche condensada
Elaboración:
1. Molemos bien las galletas, podemos machacarlas en el mortero, con un rodillo, en la thermomix... cada uno a su manera.
2. Para esta elaboración necesitamos un molde que se abra y se le quite el aro lateral. Ponemos las galletas picadas dentro del molde, añadimos la mantequilla derretida y la copa de brandy y juntamos todo bien consiguiendo una base homogenen y bien extendida en el fondo del molde.
3. Batimos los huevos en un bol, le añadimos la leche condensada y el sobre de levadura Royal y mezclamos bien.
4. Molemos las nueces para que no queden trozos demasiado grandes y las añadimos al preparado del huevo.
5. Cuando tenemos todo bien mezclado lo echamos dentro del molde encima de la base de galletas que hemos preparado.
6. Precalentamos el horno a 180º y cuando tiene la temperatura adecuada metemos la tarta unos 30 minutos. Debe quedar doradita pero si se dora excesivamente rápido podéis ponerle un poco de papel de aluminio por encima para evitar que os quede muy oscura. Para comprobar que está lista podemos introducir la punta de un cuchillo o una varilla metálica y debe salir limpia, sin nada pegado y entonces sabremos que está lista.
7. Lo ideal es esperar a que se enfríe para comerla y si la hacéis el día antes aún estará más rica.
Esta está... ¡Lista para comer!
Ya me contaréis qué tal quedan las vuestras y si os ha gustado.
¡Un abrazo, cocinillas!
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